River se reencontró con en el buen juego y pasó por arriba a un tibio Guillermo Brown, que respetó mucho el peso de la banda roja en la camiseta contraria. Gracias a esta goleada, 4-1, el Millo recuperó la punta transitoriamente hasta que mañana Instituto juegue su partido frente a Almirante Brown. Atrás quedó la dura derrota contra Atlético Tucumán, el equipo pudo recuperarse de ese sorprendente golpe que le propinaron los tucumanos y se reivindicó esta tarde en Madryn, en donde jugó un buen fútbol con picos de rendimientos muy altos. A continuación, analizaremos el partido.
Así como después de la derrota frente a Atlético, se lo puso en el ojo de la tormenta a Matías Almeyda por la inclusión de Román como titular y la mala decisión a la hora de hacer los cambios, en esta ocasión tuvo gran responsabilidad en que River haya goleado y gustado. Los 3 cambios que dispuso el Pelado le funcionaron a la perfección (Ferrero por Román, Aguirre por Ríos y Domínguez cambiando de posición). Tanto el ex Olimpo como el Chori fueron las grandes figuras del partido. Mientras que Ferrero tuvo un partido más que aceptable. Si bien no brilló, tampoco desentonó.
En la primera etapa el encuentro se presentó muy trabado y con poco juego, como era de esperarse debido a las dimensiones de la cancha y el planteo de Brown. A River le costaba generar juego y construir sociedades, de esas que marcan la diferencia. Si bien, el Chori cuando desequilibraba era peligroso y dejó casi mano a mano a Cavenaghi en una jugada, después no tuvo chances netas de gol. Brown de forma tímida intentó ir contra el arco de Chichizola y tuvo alguna que otra jugada clara. Todo esto se terminó cuando pasada la media hora de juego Domínguez ganó una falta cerca del banderín del córner y Le puso el centro a la cabeza de Ocampos que convirtió el primero. A partir de ahí todo fue del Millo que manejó el juego como quiso.
Ya en el segundo tiempo, antes de llegar a los 30 segundos de comenzado, se definió el encuentro. El Chori aprovechó un error de la defensa madrileña y no perdonó. Con un Aguirre que distribuía y hacia jugar y un Sánchez explosivo, River se hizo amo y señor de la pelota. La gran tarde se coronó cuando apareció el infaltable Cavegol, que luego de una gran jugaba del uruguayo puso el 3-0 y para cerrar, clavó un golazo de afuera del área. El gol de color para Brown llegó casi finalizado el partido, gracias a un penal cometido por el juvenil González Pirez, que reemplazó al lesionado Maidana.
Damian Giovino
RDLT
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